¿Fracasó el proyecto de la red compartida? es la pregunta que nos hacemos desde hace algunos meses cuando se anunció que Altán Redes entró a concurso mercantil y posteriormente fue rescatada por el gobierno federal para dar continuidad al despliegue de la infraestructura que llevaría internet al 92% del territorio nacional para 2024.

Propongo enfocarnos en los objetivos que sí se cumplieron y aprendizajes que podemos obtener de este proyecto que continúa.

Recordando el plan inicial de conectividad y competitividad

La instalación de una Red Compartida surgió como el principal proyecto de la Reforma de Telecomunicaciones aprobada en 2013, para llevar servicio de banda ancha móvil y fija a todas las regiones de México, incluso a las más remotas.

Pronto sabremos si la Red compartida cumple con las expectativas que ha generado

Su objetivo era dar servicio, como proveedor mayorista, a todos los operadores de telecomunicaciones. Para instalar la infraestructura necesaria, operar y comercializar dicha red, se abrió una licitación pública internacional.

La empresa seleccionada en 2017 fue Altán Redes, creada mediante un contrato de Asociación Público Privada con el Organismo Promotor de Inversiones en Telecomunicaciones (Promtel), un ente descentralizado para supervisar la instalación de la red.

De esta manera, en marzo de 2018 inició operaciones Altán Redes con miras a convertirse en el operador mayorista capaz de incentivar la competencia del sector de telecomunicaciones, mediante conectividad de buena calidad a precios accesibles.

¿Fracaso total u objetivo no cumplido?

Las voces críticas en su momento señalaron la inviabilidad de Altán Redes por la gran inversión requerida para conectar zonas donde las características del mercado no resultan atractivas para las Operadoras Móviles Virtuales (OMV), posibles clientes de Altán y distribuidoras de servicios al cliente final.

Después, en noviembre de 2021, Altán Redes fue declarada en concurso mercantil por incumplimiento con sus acreedores. Y fue así como, a principios de junio de este 2022, el gobierno federal anunció el rescate de la empresa, mediante la Banca de Desarrollo.

¿Esto es realmente negativo? Debemos considerar algunos puntos:

A dos años de que se cumpliera el objetivo de cobertura del 92.2%, en junio de 2022, Altán Redes informó sobre una cobertura del 70%: con 12 millones de habitantes beneficiados con conexión a internet, parte de ese grupo son las 96 mil 68 poblaciones con menos de 250 habitantes.

Fue este panorama lo que el gobierno federal consideró para tomar la decisión de no perder la inversión ya realizada y los avances en cobertura, que afectarían a los usuarios ya beneficiados. En ese caso, la salida para cumplir con el deber estatal de lograr la conectividad fue realizar el impulso financiero necesario.

Ahora queda de su lado, como “socio mayoritario” de Altán Redes, lograr, mediante el nuevo Consejo de Administración, implementar un nuevo plan de negocios para sumar clientes y darle la rentabilidad deseada mediante diferenciadores para hacerla realmente competitiva.

La dimensión renovada que el proyecto toma se vislumbra esperanzador. Por lo pronto, el nuevo plazo para la conectividad se estableció para enero de 2028, que podría ser totalmente viable, de aplicar los ajustes pertinentes para lograr la sustentabilidad, sin descuidar la parte social del mismo.

Entonces ¿Cuál es el nuevo panorama?

A decir del gobierno Federal, mediante información que dio a conocer el jefe del ejecutivo, será la Comisión Federal de Electricidad (CFE) quien se encargará del servicio de distribución, mediante la instalación de 2 mil 500 antenas, un proyecto que se espera ver cumplido a más tardar en el primer semestre de 2024.

Por lo pronto, la CFE dio sus primeros pasos para convertirse en Operador Móvil Virtual (OMV), con el nombre de CFE TEIT, y ser un cliente de Altán Redes, como una pieza que faltaba para distribuir servicios de internet en zonas remotas y que habría resultado poco atractivo para otras operadoras comerciales.

Es cierto que este servicio aún cuenta con pocos puntos de venta a diferencia de otros operadores con mayor tiempo en el mercado. Y según la información disponible hasta el momento, no representan una opción competitiva respecto de otras operadoras, en relación costo-beneficio.

Sobre todo, porque no es la única opción de conectividad para las zonas más remotas: TIC AC es una cooperativa que opera con éxito una concesión del espectro radioeléctrico, desde 2016, para llevar internet a comunidades indígenas de Oaxaca, Veracruz y Puebla sin fines de lucro y que tiene como proyecto, crear un operador móvil sobre Altan Redes. La pandemia evidenció la desigualdad social en materia de acceso a internet en todo el territorio nacional y sus repercusiones. Es por eso que este tema no se puede seguir aplazando, menos aún las oportunidades de desarrollo que conlleva y cuya ausencia ponen en desventaja a las zonas más remotas del país.

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