La revista NEO publicó originalmente este artículo: Se los comparto ahora en espera de sus comentarios.

La tecnología de la cadena de bloques o Blockchain puede utilizarse prácticamente en cualquier operación donde haya intercambios de datos entre seres humanos, ya sean financieros o de cualquier otro tipo como transacciones inmobiliarias, de seguros; elecciones de candidatos, de música; de energía; manejo de presupuesto de gobiernos; identidad oficial e inclusive en las cadenas para envasar y distribuir alimentos.
De manera práctica puede decirse que Blockchain evita que cualquier operación, transacción o intercambio en línea pueda copiarse o duplicarse, lo cual otorga seguridad a los intercambios de información.
Es importante destacar que pese a que Blockchain permite eliminar al “tercero” que hasta hoy era absolutamente necesario para certificar los intercambios entre individuos, como los derechos de propiedad, así como contratos de cualquier tipo, ya sea un banco central, o un notario, que dan “validez” a las operaciones, existen usos muy interesantes de esta tecnología en diversos lugares del mundo.
De acuerdo con el medio MIT Technology Review “Block­chain hará con las transacciones lo que internet hizo con la información” e incluso no duda en llamarla “la segunda revolución digital”; incluso Brock Pierce, presidente de la Bitcoin Foundation, dijo que “Blockchain cambiará el mundo más que internet”; asimismo Harvard Business Review la llama “la revolución silenciosa”. Estas expresiones ¿son una exageración o un reconocimiento adecuado?, a continuación algunos casos del uso de la cadena de bloques.

Pagos e identidad digital en Finlandia
Para ayudar a que las personas que solicitan asilo, así como a los refugiados, tengan identidad digital y puedan efectuar transacciones con dinero digital, en Finlandia fue creada una tarjeta prepago llamada MONI con la que pueden hacerse transacciones económicas en toda Europa al utilizar Blockchain.
Esta tarjeta ayuda a resolver uno de las problemos más comunes para un refugiado, la identidad, pues sin una identificación oficial no puede hacerse casi nada en la sociedad actual, desde conseguir una tarjeta de crédito; una licencia de conducir o rentar un departamento.
Desde 2017 la oficina gubernamental de inmigración en Finlandia ha entregado tarjetas prepagadas de la firma Mastercard a las personas que solicitan asilo político y que no tienen cuenta en al banco, en vez de entregarles dinero en efectivo.
La tarjeta de prepago, creada por la startup MONI que está en la ciudad de Helsinki, está encadenada a una identidad digital exclusiva basada en una cadena de bloques o Blockchain y actualmente existen miles de personas refugiadas que cuentan con tarjetas activas con las que no solamente pueden comprar mercancías y servicios sino inclusive recibir pagos y salarios.

BlockChain y sus aplicaciones

Los refugiados en Finlandia que cuentan con esta tarjeta prepagada pueden comprar comida, pagar la renta de sus casas y recibir su pago de nómina (si tienen un empleo). De cada operación realizada con esta tarjeta se lleva un registro en una base de datos pública que no puede corromperse o dañarse y que es soportada por una red descentralizada de computadoras (como Blockchain), lo cual ayuda a que el departamento de Inmigración del gobierno finlandés pueda rastrear las operaciones realizadas por el dueño de la tarjeta.
Para los dueños de esta tarjeta prepagada hay varias operaciones entre cuentas MONI que son gratuitas como los préstamos; el envío de dinero entre cuentas, la recepción del sueldo o el depósito de fondos a su cuenta, en cambio, el retiro de fondos de un cajero o el pago de mercancías sí tienen costo.
Pese a que la tarjeta utiliza una cadena de bloques o Blockchain, para sus usuarios se trata de operaciones comunes, pues pueden pagar en cualquier comercio o restaurante que utilice terminales Mastercard o también pueden pagar en línea si ingresan el número de su tarjeta en un formulario en un sitio web. La empresa creadora de tarjeta se hace cargo de hacer las operaciones criptográficas necesarias para hacer las transacciones económicas ya sean para convertir dinero oficial a digital o viceversa.

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