Desde hace ya algunos años hemos sido testigos de la transformación de la administración pública que poco a poco ha incluido herramientas digitales con el objetivo de simplificar sus tareas, en beneficio no sólo de los ciudadanos, sino de los propios servidores públicos. Si bien, la modernización de las oficinas públicas no avanza a la velocidad con en que las soluciones tecnológicas se desarrollan, el panorama es esperanzador.

De acuerdo con la OCDE, durante la pandemia de Covid-19, América Latina ha acelerado sus procesos digitales, pero aún queda un largo camino para cerrar la brecha con las economías avanzadas, sobre todo si se considera que las herramientas tecnológicas pueden contribuir a un mejor acceso a los servicios públicos, incluida la salud y la educación, además de “mejorar la gobernanza, situando los ciudadanos en el centro de las políticas públicas”.

Para el Banco Mundial, las expectativas ciudadanas son el factor que incrementa la importancia de la innovación digital para los gobiernos de todo el mundo, en el entendido que la transformación además de mejorar la calidad de los servicios y ofrecer cobertura total, supone tener un sistema cada vez más abierto y transparente, como una herramienta para la identificación y combate de posibles hechos de corrupción.

Casos como el del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) mediante su plataforma IMSS Digital, una herramienta cada vez más amigable, es uno de los más notorios. Durante los meses de confinamiento por la pandemia de Covid-19, por ejemplo, el instituto implementó el Cuestionario y Permiso COVID-19 con el objetivo de facilitar el trámite de incapacidad a los asegurados que así lo requirieran, siempre y cuando contaran con el resultado positivo de prueba de laboratorio por SARS CoV-2.

Y es que, independientemente de los servicios de salud, realizar algún trámite administrativo en el IMSS representaba una experiencia poco satisfactoria para los trabajadores, de ahí que la habilitación de su plataforma digital representa una ventaja en tiempos de espera y eficacia. La plataforma incluye una aplicación móvil donde los derechohabientes pueden hacer trámites vía remota como consultar su situación afiliatoria, obtener constancia de semanas cotizadas, actualizar datos, registrar beneficiarios, entre otros.

Además, la información contenida en su portal incluye datos abiertos del gobierno federal, no sólo estadísticas de salud, sino también informes financieros, presupuestarios y de actividades, incluso con la opción de consultar información de interés periodístico mediante mapas interactivos, entre otro tipo de herramientas digitales para conocer los tipos de actividades económicas de los trabajadores afiliados, así como estadísticas de salarios de los derechohabientes registrados.

Como lo explico en mi artículo Las mejores prácticas en seguridad de datos abiertos, estos son un elemento fundamental de la transparencia gubernamental y del gobierno abierto, pero que deben caracterizarse por ser oportunos, accesibles y que puedan conservarse, de modo que deben ser cuidados mediante políticas y protocolos para asegurar la infraestructura que los contiene y que habilite su disponibilidad.

Si bien, implementar este tipo de herramientas para innovar el ejercicio de la administración, supone una serie de beneficios, también conlleva retos en gestión de riesgos y en materia de educación sobre seguridad digital, el mismo instituto advierte en su página evitar descargar aplicaciones de IMSS digital de tiendas de apps no oficiales, con el fin de impedir la descarga de algún código malicioso que pudiera vulnerar la información de los derechohabientes.

Por ejemplo, en plena emergencia sanitaria el Instituto alertó sobre la existencia de un sitio apócrifo, donde supuestamente se ponía en venta vehículos del IMSS, por citar algunas formas de fraude en la que se ha utilizado el nombre de la institución.

Además, el gobierno federal reveló en su momento que desde su creación y hasta Julio de 2020 la Guardia Nacional había desactivado 3 mil 41 sitios web apócrifos que se hacían pasar por el IMSS, la Secretaría del Bienestar, del Banco de Bienestar y del Servicio de Administración Tributaria (SAT), para ofrecer apoyos, programas sociales o tratar de vender productos que ofrecían curar la Covid-19.

Si bien la infraestructura de TI de cualquier organización podría estar sujeta a diversos riesgos de ciberseguridad, existen procedimientos para identificar posibles vulnerabilidades y estar preparados para gestionarlas; sin dejar de lado aspectos como la capacitación e incorporación de talento tecnológico, ya que de esta forma se estaría abonando al crecimiento de la confianza de los usuarios en el servicio público digital. Los primeros pasos están dados. Aunque queda camino por recorrer para llegar a escenarios de gestión avanzada e interconexión institucional o uso inteligente de datos de salud generados por el IMSS (analítica y Big Data) para la construcción de nuevas políticas públicas, este tipo de acciones suman en el avance hacia un gobierno digital, de manera que hoy en día ya repercuten de forma positiva en la calidad de vida de los afiliados.

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